“Los cantos de las sirenas están
cargados de sentidos funestos,
de invitaciones tanáticas, de
acentos tumbales, y son, como el
de la Esfinge, engaños, anzuelos
mágicos que tiende la muerte a
los hombres a través de un
atractivo monstruo de rostro
virginal y corva garra”, Pilar
Pedraza.
Se describe a las sirenas como mujeres hermosas con cola de pez. Aunque en su forma en vasos las muestran como híbridos de mujer y ave, posteriormente, la representación más común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas, como Tritón. Las sirenas solían atraer con sus cantos los barcos hacia los escollos para que los marinos perecieran y así, devorar sus cadáveres. Éstas, junto con las ninfas, dedicaban su tiempo a cautivar a los hombres, ya sea desde el mar o desde fuentes, cascadas y manantiales. Todas ellas eran hermosas y tenían especial cuidado en cuanto a su aspecto se refiere, las sirenas llevaban espejos y peines de coral. Sus cabelleras, sueltas y ondeadas, repetían el movimiento de las
aguas.
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